Los huevos son un símbolo invariable de la preclara festividad de Pascua de Resurrección. Además del resurgimiento de las técnicas tradicionales antiguas de pintar los huevos, aparecen otras, nuevas, y las hábiles manos de las mujeres búlgaras ingeniosas crean laboriosamente decoraciones exquisitas, convirtiendo los huevos en obras de arte. Para ello usan tanto las cáscaras como una gran variedad de materiales que sirven de base para los ornamentos.
Mira Petkova decora huevos de Pascua con imágenes de santos. La base es una pieza en bruto de cerámica que se recubre cuidadosamente con otros materiales. Utiliza pintura acrílica, papel aluminio, terracota que endurece al aire. Explica que las técnicas no son complicadas, pero se necesita tiempo para que los materiales se sequen. Es muy importante también elegir la imagen adecuada. Los que más tiempo exigen son los ornamentos en relieve que resaltan la imagen del santo.
No son íconos, pero quien lo desee puede santificarlos en la iglesia –dice Mira– . Me complace decorar huevos. Cada pieza es única debido a los diferentes detalles.
Los finos huevos pascuales de Lubomira Zárkova cobran vida puntada tras puntada.
Los huevos bordados son un acento hermoso a la decoración pascual, así como un regalo adecuado para las personas que amamos –comenta Lubomira– . Los motivos que se recrean más a menudo son los típicos para la Pascua de Resurrección: huevos, ramitas de sauce, pollitos, patitos, conejitos, flores y, últimamente, también los que recrean los bordados tradicionales de nuestras abuelas.
La decoración elaborada con esta técnica representa bordados hechos a mano y montados en una base de espuma de poliestireno. El motivo bordado se coloca en la parte frontal, y en el reverso, un tejido floral o con otro diseño. Luego el huevo se adorna con trenzas, lazos, flores y mariposas. Según Lubomira, la parte más difícil es la presentación estética del huevo, así como el estirado de la tela para evitar las arrugas y lograr que esté bien centrada para lucir bien.
Tsvetislava Lozánova es decoradora y domina bastantes técnicas diferentes que va desarrollando y combinando una con otra. El resultado impresiona por su diversidad e imaginación creativa.
Dibujo principalmente en huevos de madera, pero mi favorita es la cáscara natural. Para mí, la belleza está en el grabado, que atribuye a los huevos mayor exquisitez –opina Tsvetislava– . Una vez preparada la base, me pongo a dibujar, grabar, modelar, hacer decoupage. Uso sólo materiales a base de agua, a menudo suelo improvisar. Para el grabado, sin embargo, pienso en el modelo y las técnicas para obtener el resultado final que me gustaría.
Cuando está casi terminada, la decoración se sella aplicando varias capas de barniz para que el huevo parezca de porcelana, con superficie lisa y profundidad de la imagen, y cada elemento se delimita con contornos.
Para decorar los huevos de Pascua, Rositsa Rúseva recurre a una antigua técnica que consiste en dibujar con lana. A menudo, la base es de espuma de poliestireno para que la forma del huevo sea más precisa, pero también se puede trabajar usando sólo lana.
Yo suelo usar lana pura búlgara –detalla Rositsa– . Para pintar huevos se necesitan unas agujas especiales. La mayoría de las ideas surgen de forma espontánea, en el proceso de trabajo, y el secreto de los huevos de lana de fieltro reside en el cariño y la paciencia, porque para confeccionar la decoración hay que poner mucha pasión.
La visión creativa transforma los huevos de Pascua en hermosos y originales recuerdos de diseño, que perduran durante años para disfrutar de su elegante y excepcional factura.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Archivo personal
