“Naturaleza, caza y pesca”, así se llama la tradicional exposición dirigida a los amantes de la pesca y la caza, que empieza estos días en Plovdiv. En su edición primaveral este año se presentan no más de 40 expositores. Los visitantes se detienen ante los stands de las empresas cinegéticas más populares, para conocer las propuestas de sus condiciones de caza. También atraen interés las empresas productoras de material: cañas de pescar, armas de fuego, munición, ropa especial y otros materiales necesarios para cualquier pescador o cazador que se aprecie.
A pesar de esto, la exposición, que tiene lugar bajo la protección del Ministerio de Agricultura y Alimentación, transcurre lánguidamente. Es la tendencia que se viene observando los últimos años, nos cuenta Vasil Vasilev, secretario general de la Unión de Cazadores y Pescadores SLRB: “Alrededor de 130 mil personas poseen licencia de caza en Bulgaria, y hay más del doble de pescadores. En la práctica, para los productores y comerciantes de material similar es un gran grupo destinatario de sus productos”.
Al mismo tiempo, los expertos observan un estancamiento del sector. La razón, según ellos, es lo reducido del mercado búlgaro y el bajo poder adquisitivo, que afectan el sector. La crisis socava el turismo de caza internacional, que antes era una fuente de ingresos estables para el país.
Pero a pesar de que el número de cazadores extranjeros que vuelan a Bulgaria se ha reducido, el país aún tiene fama de destino atractivo para la caza en el mercado europeo. Y no sólo a causa de la increíble riqueza de su fauna, sino porque algunas de las especies, como el oso pardo o la gamuza, son extraordinariamente escasos en Europa. Otra ventaja es la calidad de los trofeos. Así, por ejemplo, nuestro país ha batido varias veces el récord mundial de ciervos. Pero, lamentablemente, son trofeos abatidos a comienzos de los años 90, según afirma Vasil Vasilev. Así y todo, el presidente de SLRB vislumbra la luz al final del túnel. Según él, hay una tendencia hacia recuperación de la población de animales de caza.
“Espero que Bulgaria recupere su merecido lugar en la clasificación mundial de trofeos, entre los países que ofrecen caza de calidad. Nuestra vasta caza tiene una increíble base genética y garantiza estupendos trofeos con altas estimaciones en los estándares mundiales. Actualmente en Bulgaria hay 25 empresas cinegéticas. Pero también hay múltiples reservas y cotos de caza, que cuentan con suficiente caza de alta calidad. En el pasado, los trofeos más pretendidos eran los ciervos y los jabalís. Últimamente, vienen cazadores de Grecia, Italia y España, básicamente a por aves migratorias: codorniz, tórtola y paloma torcaz. Hay también gran interés por nuestros depredadores, un trofeo soñado por cualquier cazador europeo, ya que en el continente apenas hay dónde cazar lobos".
A diferencia de los cazadores nacionales y extranjeros, que encuentran dónde saciar de forma legal sus ansias de caza en Bulgaria, los pescadores salen perjudicados. Resulta que los lugares donde pueden pescar de forma legal en nuestro país, se pueden contar con los dedos de una mano. ¿Y eso por qué? Nos lo cuenta Vasil Vasilev:
“A causa de deficiencias de la regulación, por octavo año consecutivo, el Gobierno se niega a permitir que las asociaciones de pescadores controlen los grandes embalses, con lo cual esas asociaciones no tienen ningún incentivo para invertir en criaderos, en seguridad, ni en garantizar buenos recursos pesqueros ni ejemplares de calidad que podrían atraer tanto a pescadores extranjeros como nacionales”.
“Por otro lado, la custodia de los embalses proporcionada por la Agencia Ejecutiva de Pesca y Acuicultura no es efectiva en absoluto. Por este motivo abunda la pesca furtiva con redes y se realiza también pesca industrial. Después los peces acaban en el mercado por vía desconocida. Así, en definitiva, puedo decir que el país está en deuda con los pescadores búlgaros y con el sistema de control de embalses, ya que no se esfuerza lo suficiente por poner orden en este sector”, dice para terminar Vasil Vasilev.
Versión en español por Marta Ros