Una vez más los elementos de la naturaleza en Bulgaria segaron la vida de personas inocentes y cogieron desprevenidas a las instituciones responsables. El 6 de febrero una ola de tres metros de altura del muro de contención destruido de la represa de Ivánovo, en la provincia meridional búlgara de Jáskovo, inundó a varias aldeas una de las cuales, la de Biser, resultó la más fuertemente afectada y se quedó sumergida en el agua. Según datos oficiales las víctimas mortales del agua suman una decena. Unas 800 personas se han quedado sin techo y gran número de animales se han ahogado. Los pueblos inundados se encuentran bloqueados por corrimientos de tierra y no hay acceso a algunos de ellos por cortes en las carreteras.
En relación con la trágica muerte de los ciudadanos búlgaros que han perdido la vida a raíz de este grave desastre natural y en signo de solidaridad con el dolor de los familiares de las personas fallecidas el gobierno de Bulgaria ha decretado el 8 de febrero de 2012 Jornada de Luto Nacional.
La situación sigue siendo crítica en las zonas siniestradas en las que la gente se ha quedado sin suministro eléctrico y sin agua. En las operaciones de rescate actúan equipos del Ministerio del Interior y del Ministerio de Defensa, de la Agencia Ejecutiva para los Bosques, la unidad local de la empresa “Sistemas de Riego” y de la Cruz Roja de Bulgaria. Sigue en vigor el estado de emergencia decretado por las abundantes nevadas en las provincias de Jáskovo y de Kárdzhali.
Tras esta nueva tragedia han aumentado las cifras de la estadística negra. Cabe recordar que en agosto de 2005 las lluvias torrenciales provocaron inundaciones en la mitad de este país, tres represas se desbordaron y miles de personas resultaron afectadas. Dos años después la ola de dos metros que se desprendió de una presa mal administrada inundó la localidad de Zar Kaloyán. Ocho personas perdieron la vida y un tercio de las casas fueron destruidas. También en esta ocasión la culpa por la calamidad ha recaído en los elementos de la naturaleza. Las represas en Bulgaria son posesión de diferentes instituciones y la responsabilidad por el estado de estas instalaciones hídricas frecuentemente se está difuminando entre diversas instituciones. Por desgracia, y aunque se encuentre el culpable, esto no podrá devolverles la vida a las víctimas mortales ni reparará los daños sufridos por millones de euros.
La causa verdadera de tales tragedias es la mala gestión, sobre todo de las represas más pequeñas cuyos muros, desde hace años, se vienen desmoronando bajo la presión de las aguas de las crecidas de los ríos. A pesar de las prescripciones formuladas por las instituciones pertinentes con vistas a actuaciones oportunas capaces de prevenir semejantes situaciones, en algunas regiones del país no se toman las medidas imprescindibles. Así los desastres se repiten y siguen provocando víctimas mortales.
Versión en español por Mijaíl Mijailov
По публикацията работи: Darina Grigórova
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