El 16 de noviembre de 1996, la Asamblea General de la ONU adoptó una Declaración de Principios sobre la Tolerancia. En aquel año la fecha fue declarada Día Internacional de la Tolerancia. Es un día que nos invita a reflexionar sobre el respeto, la aceptación y la comprensión de la variada diversidad de culturas de nuestro mundo y de todas las formas de expresión de la individualidad humana, de todo lo que contribuye al desarrollo de una sociedad, a su cohesión y a su prosperidad.

Les hablaremos de una exposición que hace meses levantó el telón de la tolerancia en la sociedad búlgara, y hoy la muestra al mundo. Todo comenzó por los lienzos de uno de los artistas búlgaros más destacados: Vladimir Dimitrov "El Maestro" (este año se celebra el 140 aniversario de su nacimiento) y llega a la interpretación contemporánea de los cuadros del gran maestro por el artista visual Mijaíl Vuchkov-Misho.

• Vladimir Dimitrov–El Maestro: “Para sentirnos bien hay que ser más generosos unos con otros”

• Los cuadros de Vladimir Dimitrov–El Maestro cobran vida en un proyecto digital
  

Ateniéndose al espíritu del pasado, a los trajes nacionales, los bellos paisajes naturales y la rosa búlgara, Misho “tradujo” las obras del maestro en el siglo XXI, pero en lugar de las hermosas mujeres rurales de las coloridas imágenes nos miraban "las otras búlgaras", las mujeres transexuales de Bulgaria. Ocho meses después del estreno del proyecto, tras el escándalo público y las diversas acusaciones contra el autor, Mijaíl Vuchkov concedió una entrevista para Radio Bulgaria, antes de viajar a Países Bajos. El 17 de noviembre, "Las otras búlgaras" inaugurarán la quinta edición del festival internacional "What You See Festival" en Utrecht, en el teatro Kikker, en el centro de la ciudad. Este año, el enfoco del programa del evento es el arte de los Balcanes y la guerra en Ucrania.

Misho es el primer búlgaro que recibió una invitación para este evento. El 18 de noviembre participará en un simposio especial en el que compartirá sus impresiones sobre la realización de una exposición de este tipo en Bulgaria, si fue aceptada o no por el público, se referirá a los símbolos nacionales sagrados y a la lucha que deben librar algunas personas por sus derechos civiles inherentes. 

"Los transexuales siguen luchando por sus derechos en todas las partes del mundo, incluso en Países Bajos. A nivel internacional el gran interés de los medios de comunicación en torno a "Las otras búlgaras"  fue generado, por supuesto, por el escándalo. No tanto por el escándalo en sí, sino por el hecho de que éste es consecuencia de la intersección de los temas de la transexualidad y los valores nacionales que rechaza directamente a los transexuales de la nación. Para los extranjeros, y en concreto en Países Bajos, lo que más interés genera es que estemos dispuestos a eliminar a algunas personas de la sociedad búlgara sólo por ser distintas de los demás”.

Tras la repercusión de la muestra, fue reclamada la dimisión del ministro de Cultura y las de los miembros de la junta directiva del Fondo Nacional de Cultura, que cofinanció la exposición, algunos de los cuales se retiraron de sus cargos. Procesos similares existen también en otros países europeos, admite Vuchkov, pero precisa que su efecto no estan fuerte. La explicación es lógica: se trata de sociedades económicas más desarrolladas que la búlgara.

"La causa de mirar hacia lo tradicional y de volvernos cada vez más cerrados y conservadores es el miedo al futuro y en la base de este miedo está la incertidumbre económica. La pandemia de la COVID nos ha demostrado que el mundo en el que vivimos es extremadamente inestable y puede cambiar de un día para otro. La guerra en Ucrania ha reforzado esta sensación. Hemos sido testigos de un proceso que está explicado muy bien en la psicología: en casos de tal incertidumbre no avanzamos a grandes pasos hacia lo nuevo, sino que, por el contrario, volvemos ahí donde nos sentimos más seguros y protegidos. Volvemos a lo tradicional. Cuanto más pobre es una nación, más fuerte se siente este proceso".

Cualquier extremo en el modo de comprender y las distintas formas de encapsulación del pensamiento son nocivos para el individuo y para la sociedad en general. No importa si hablamos de personas transexuales, refugiados, personas con discapacidad o grupos marginados, la clave para una existencia normal y común es la tolerancia. Se necesita solo un poco de comprensión, conciencia y diálogo. Aquí interviene el arte, cuya función principal es la comunicación.

"Mi objetivo es que la exposición y el documental "Bulgaria en trans" viajen por todo el mundo, especialmente por aquellos territorios donde haga falta hablar más del tema", dice Mijaíl. El proyecto está abierto y puede convertirse en "Las otras polacas", "Las otras ucranianas", "Las otras macedonias ", "Las otras húngaras", es vigente en cualquier parte de Europa donde haya un problema de aceptación de las personas diferentes".

La moraleja de “Las otras búlgaras” hasta el momento es solo una.

"A mi juicio, la conclusión es que los búlgaros nos esforzamos mucho por avanzar en todos los aspectos. Creemos que debemos formar parte de Europa, pero con nuestra propia mentalidad, sin darnos cuenta de que cualquier unión exitosa requiere compromisos y puntos de intersección".

Versión al español de Borislav Todorov