A la reverenda Parascheva de Epibatos, que vivió en los siglos X y XI, en Bulgaria se le llama santa Petka de Bulgaria. Su fiesta en el calendario de la iglesia es el 14 de octubre y coincide con la festividad popular Petkovden o Día de santa Petka.
Según su hagiografía, escrita con inspiración por el egregio clérigo medieval búlgaro santo patriarca Eutimio, santa Petka era natural del pueblo de Epibatos de la antigua Tracia y sus padres eran búlgaros.
Desde el año 1238 hasta la invasión otomana a Bulgaria en 1396, sus sagradas reliquias descansaban en la iglesia de Santa Petka de Tárnovo en la antigua capital de Bulgaria (actual ciudad de Veliko Tárnovo). Tras siglos de traslados, en 1641 fueron colocadas en la catedral de Iasi, en Rumanía, donde siguen hasta hoy en día, atrayendo a peregrinos del mundo entero.
Santa Parascheva o Petka de Bulgaria es una de las beatas más queridas y veneradas por los cristianos ortodoxos en el país, a ella están dedicados templos de todo el territorio nacional. El pueblo búlgaro ha conservado leyendas sobre sus poderes curativos, que obraron milagros, así como sobre su protección a las mujeres, las puérperas y el hogar.
Según la tradición, Petkovden o el Día de santa Petka se considera como el fin del verano y del ciclo agrario activo.No muy lejos de Lovech, entre los pueblos de Doyrentsi y Drenov, durante la construcción de la futura autopista del Hemus, fue descubierta una tumba santuario de siete mil años de antigüedad rodeada por un foso ritual. Su exploración comenzó hace dos..
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