En plena pandemia de Covid–19, numerosos expertos y analistas económicos alertan de que el mundo está afrontando la crisis económica más grave, similar a la Gran Depresión de los años 30 del siglo XX. Según los pronósticos de la Comisión Europea, se producirá una caída grave en el desarrollo de numerosos países, y se espera que el impacto sobre la economía mundial sea mucho más duro que el que tuviera la crisis financiera hace una década. Por lo que hace a Bulgaria, las expectativas apuntan a una bajada en el sector económico de hasta el 7,2% durante el año en curso, y un aumento a hasta un 7,0% de la tasa de paro.
En Bulgaria, las cosas están un tanto distintas a las que se registran en el resto de países europeos como España, Italia, Francia. Hasta Luxemburgo va mal −dice Alexándar Zagorov, secretario de la Confederación del Trabajo "Podkrepa"− . Si comparamos las economías, se ve que sus empresas conforman la locomotora de Europa y que la nuestra están en la periferia. Aquí fabricamos las piezas, allá se hace el ensamblaje del coche completo. Por suerte, contamos con condiciones estupendas que podemos aprovechar, como son, por ejemplo, el clima, las posibilidades para el agro, el sector forestal. Por desgracia, nosotros más bien exportamos mano de obra, que no logramos retener aquí, y así esta mano de obra se va para trabajar en el agro y la industria forestal de otros países europeos.
Las secuelas económicas de la crisis no las sentiremos inmediatamente, como ocurre en el resto de países europeos, sino tres o cuatro meses después, augura Zagorov. Opina que la preparación psicológica de los empleadores, los trabajadores y el personal administrativo no se ajusta al trabajo en época de crisis. Los gobiernos de los países europeos de economías pujantes no estaban preparados, ni tampoco lo estaban los directivos de las grandes empresas. Intentaron rescatar el dinero de sus accionistas y resultó, de golpe, que iban creando una amenaza para su propio negocio. Este ejemplo no hay que subestimarlo.
En Bulgaria, el enderezamiento de la economía no se podrá hacer en base a decisiones políticas ni reparto de fondos. La solución estriba en los nichos en los que Bulgaria podría tener cierta ventaja económica.
La agricultura y la ganadería son sólo una parte de estos nichos, pero yo a estas alturas no vislumbro indicios claros de hasta qué punto se podría hundir la economía búlgara −confiesa Zagorov− . Por esto no se puede decir ahora cómo y cuándo procederá apuntalarla para su restauración. No lo tendremos fácil.
Por lo que se refiere a las políticas que Europa ha comenzado a promover, el experto de la confederación sindical búlgara estima que Bulgaria encarará un gran dilema. En tal que una sociedad, deberemos encontrar la vía certera decantándonos por restablecer la forma antigua para el desarrollo del sector de Energía, de la industria y de la repartición tributaria o bien buscar una nueva variante.
El Pacto Verde, al que se hacían numerosas referencias en la época anterior a la crisis, se relaciona con diferente imposición fiscal aplicada con respecto a unos indicadores ecológicos pero no económicos −resalta Alexándar Zagorov− . En nuestra sociedad existen multitud de problemas pendientes y el resurgir económico no se producirá si no se encuentre un consenso. Alguien debe ser lo suficientemente fuerte como para aunar a políticos y líderes públicos en torno a sí mismo y alrededor de una idea para hacer avanzar a todo el Estado y a la sociedad entera. No hay manera de que nuestros objetivos comunes vayan a apoyarse en nuestras antiguas relaciones de confrontación, hay que orientarse a actuar en beneficio de nuestros intereses mutuos.
Por la misma senda se han encarrilado también las palabras de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, la búlgara Kristalina Gueorguíeva, quien en una entrevista con el periódico germano Handelsblatt ha encauzado la atención al diseño de nuevos modelos de desarrollo sostenible. Hay que crear nuevos programas de respaldo, extender los programas públicos de empleo y encontrar herramientas financieras auxiliares que les permitan a las empresas conservar sus plantillas, ha señalado Gueorguíeva, agregando a renglón seguido que ”los modelos impositivos progresivos también pueden formar parte del arsenal” para la salida de la crisis.
Versión en español por Mijail Mijailov
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