Kíril Shivarov es autor de algunas de las esculturas más emblemáticas de Bulgaria. El escultor, nacido en la ciudad portuaria de Varna en 1887, era reconocido aún en vida como una autoridad creativa indiscutible. Durante los últimos diez años de su vida, trabajaba en varios proyectos importantes en la capital del país, Sofía. Según Iván Lazarov, otro gran escultor nacional y contemporáneo suyo, “Kíril Shivarov es un innovador. Fue el primero en depurar y europeizar la forma de la escultura búlgara y creó obras que son un orgullo para nuestras grandes ciudades”.

Entre las obras de Shivarov figuran la estatua del león del Monumento a la Libertad en el pico de Shipka, en la cordillera del Balkán o Stara Planina, y el par de colosos de bronce que representan a los hermanos Jristo y Evlogui Gueorguíev –los mayores donantes para la creación de la Universidad de Sofía– a ambos lados de la entrada central de la primera institución búlgara de educación superior.

Son suyas también las magníficas decoraciones del Palacio de Justicia, del Banco Nacional y del edificio de la actual Biblioteca Municipal, el agrandamiento de la figura del león del Monumento al Soldado Desconocido, todos en Sofía, la Fuente de las Sirenas, en el Jardín Marítimo de Varna, así como el primer monumento en Bulgaria dedicado a los soldados del khan Asparuj, el fundador del Primer Reino Búlgaro.

A pesar del extenso legado que ha dejado, hoy en día su nombre es desconocido para un gran número de compatriotas. Además, una parte de sus obras están abocadas a la autodestrucción. La investigadora Rumyana Ivanova, que desde hace años se dedica a estudiar la obra de Kíril Shivarov, explica esta paradoja por el hecho de que el escultor no militaba en asociaciones artísticas, que acaparaban el foco después del 9 de septiembre de 1944. Desde el 1997, trato de rescatar del inmerecido olvido el nombre de Kíril Shivarov, uno de los escultores búlgaros más prominentes que forman la imagen de la cultura artística nacional en las primeras décadas del siglo XX, dice la historiadora de arte y autora de los libros Kíril Shivarov y Varna: obras del escultor en su ciudad natal y Kíril Shivarov, el escultor.

Shivarov nació en el seno de una familia de talladores en madera y bebió de la fuente de la tradición del Renacimiento Nacional Búlgaro (siglos XVIII a XIX) en la construcción plástica de la forma. Estudió artes decorativas y aplicadas en Praga y luego se graduó por la Academia de Bellas Artes de Viena (Austria). Receptivo a las diferentes influencias estilísticas, creó su enfoque personal. Es uno de los pioneros en Bulgaria en la síntesis de la escultura y la arquitectura.Transformó casas particulares, bancos, hoteles e instituciones públicas, armonizando las composiciones escultóricas con el aspecto arquitectónico y el espíritu del edificio, señala la investigadora.

Dotado de una energía excepcional, Kíril Shivarov trabajaba en los proyectos en pie de igualdad con los obreros y transmitía su experiencia a los jóvenes.

En Varna, Shivarov organizó el primer curso de escultura decorativa en nuestro país, en el que enseñaba a niños de talento. Posteriormente, éstos se convertirían en sus asistentes. También ayudaba a sus discípulos cuando decidían desempeñarse como personalidades creativas independientes, enfatiza Rumyana Ivanova.

Kíril Shivarov es, asimismo, uno de los pioneros en varios ámbitos de la escultura búlgara. Con una serie de obras de la segunda década del siglo XX, sentó las bases de la escultura marinista en este país, y durante las guerras creó obras con un comentario satírico sobre lo que sucedía en el frente, presentando invariablemente al soldado búlgaro como un héroe. De hecho, es el escultor a quien invitaban con mayor frecuencia para crear monumentos militares, explica Rumyana Ivanova, precisando que a pesar de sus numerosas obras en esta esfera, Shivarov nunca caía en estereotipos. Cada monumento tiene su solución individual, situación en el entorno, escala y conexión con la historia regional.

Kíril Shivarov moría de repente una mañana de 1938 cuando, mientras trabajaba en la decoración plástica del edificio del Palacio de Justicia, levantaba junto con los obreros un capitel que pesaba 250 kilogramos.

Versión en español de Daniela Radíchkova

Fotos: nationalgallery.bg y wikipedia.org