Llega el momento de los pronósticos económicos de invierno de diversos centros internacionales de investigación e instituciones globales. Recientemente se han publicado los pronósticos del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea, así como los de centros de investigación búlgaros, especialmente el prestigioso Instituto de Economía de Mercado (IPI, por sus siglas en búlgaro).
Todas estas previsiones llegan en un momento de cambio en el ciclo económico, y los analistas solo difieren en cuanto a la intensidad y la velocidad de la desaceleración que todos esperan en el crecimiento económico de Europa y Bulgaria. Sin profundizar en los detalles, cabe decir que todos los observadores son unánimes en algo: que este año el "clima" económico de Bulgaria seguirá soleado con algo más de nubosidad, como prevé el Instituto de Economía de Mercado de Bulgaria. En otras palabras, la economía búlgara continuará en dirección ascendente este 2019, a un ritmo algo más estable. Todos concuerdan en que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) alcanzará un nivel de entre el 3,1 % y el 3,7 %, lo que sería un buen logro considerando que las previsiones para los países de la zona euro son de menos del 2 %. Incluso los consumidores de a pie comparten esa opinión, ya que según estudios recientes sobre su comportamiento, aumenta su confianza en las posibilidades de la economía nacional. Esto es de gran importancia, porque se trata de uno de los principales impulsores del crecimiento económico búlgaro: el consumo interno. Más aun considerando las palabras del primer ministro, Boyko Borisov, que ha anunciado públicamente que ha llegado el momento de aumentar los salarios y ha prometido un aumento del 10 % en los salarios del sector público para el año que viene, tras la subida de otro 10 % que entró en vigor el pasado 1 de enero. Esto genera expectativas de mayor consumo que estimularán a las empresas y a la industria.
Bulgaria tiene una gran necesidad de acelerar los ingresos y el consumo, ya que según datos recientes, los búlgaros se sitúan en el último lugar en Europa por el PIB anual per cápita: 7.300 euros, en comparación con el promedio de 15.000 euros de la UE. Desde el punto de vista de la economía nacional, esto significa menos demanda, menos ventas y menor producción debido al bajo poder adquisitivo. El crecimiento salarial prometido en el sector público no es muy grande, pero aun así se notará, y es casi seguro que también aumentarán los salarios en el sector privado.
Los expertos también esperan a lo largo de 2019 mayores inversiones públicas en infraestructura, es decir, un aumento del gasto público. Prueba de que esto realmente sucederá es el hecho de que a finales de 2018 el Gobierno búlgaro asignó un presupuesto de unos mil millones de euros del superávit presupuestario para financiar ante todo proyectos de transporte para este año y los sucesivos. También está previsto que se acelere la distribución de los subsidios de la UE, lo que también estimulará diversos sectores industriales.
Si este verano Bulgaria es invitada, tal como se espera, a unirse al Mecanismo de Tipos de Cambio II (MTC II), como primer paso para unirse a la eurozona este verano, esto estabilizará aún más toda la economía y estimulará al sector bancario. Es más, ahora está en muy buena forma y registró beneficios de casi 1.000 millones de euros el año pasado. Sus cajas fuertes están rebosantes y solo esperan que se las necesite para la financiación de proyectos razonables y fundamentados.
En vista de todos estos datos positivos, es lógico que reine el optimismo sobre el desarrollo económico de Bulgaria en 2019. Parece realista, dado el potencial sin explotar de la economía búlgara, fuertemente vinculada a las exportaciones, cuyo desarrollo exitoso se ve cada vez más obstaculizado por falta de mano de obra. Y no es que haya carencia en ese sentido, porque hasta ahora la mano de obra no se consideraba el capital más importante del negocio y, por lo tanto, no se paga lo suficientemente bien. Por ese motivo emigraron cientos de miles de búlgaros, buscando una vida mejor en el extranjero. Ahora ha llegado el momento de cambiar, pero esto no puede pasar de la noche a la mañana; llevará su tiempo y hará falta más dinero para que los salariosse queden en el país y los inmigrantes piensen en regresar y trabajar en Bulgaria.
Versión en español por Marta Ros
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