Los Ministros de Finanzas del Eurogrupo dieron luz verde al acceso de Bulgaria a la sala de espera de la zona del euro y a la Unión Bancaria, y también determinaron cuándo y cómo sucederá el ingreso. La decisión viene en respuesta al deseo de Sofía de adoptar el euro, que de hecho es una obligación en virtud del Tratado de Adhesión a la Unión Europea (UE). Esta obligación es aplicable también a todos los países miembros de la UE. Sin embargo, la mayoría de los miembros comunitarios que aún no se han unido a la Eurozona no se apresuran a tomar las medidas necesarias y prefieren mantener su moneda nacional. De modo que, a esta etapa, Bulgaria es el único de los nuevos países miembros que ha emprendido los pasos necesarios para adoptar el euro. Surge la pregunta de por qué este país está tan firmemente decidido a unirse a la zona del euro, y otros no muestran particular entusiasmo a ese respecto. Todas las encuestas de la opinión pública en Bulgaria muestran que la mayoría de los búlgaros apoyan la transición a la moneda común europea, ya que consideran que este país se acercará al núcleo de los países desarrollados y ricos de la Unión, que son los que toman las decisiones comunitarias. No obstante, hay ciertos círculos que se oponen a este nuevo paso en el camino a la integración europea de Bulgaria. Actualmente, hay una recolecta de firmas en contra del ingreso a la zona del euro. Según sus organizadores, más de 100.000 búlgaros firmaron la petición a favor de mantener la independencia financiera y fiscal del país.
Los círculos políticos y empresariales, como también la mayoría de analistas y comentaristas económicos están casi unánimemente a favor de la adopción del euro, lo cual ofrece un fuerte apoyo al Gobierno del primer ministro Boyko Borisov, que es firmemente proeuropeo. Este Ejecutivo ha sabido jugar bastante bien sus cartas, presentando la candidatura a la Eurozona y a la Unión Bancaria a pocos días después del final de la primera Presidencia de seis meses de Bulgaria del Consejo de la UE. Según la mayoría de los observadores y expertos internacionales y de altos funcionarios de la Comisión Europea, la Europresidencia búlgara ha sido muy exitosa y ha tenido un impacto favorable en la imagen europea de Bulgaria. Precisamente en el contexto de la creciente confianza en este país y sus autoridades, el Eurogrupo dio luz verde al deseo de Bulgaria de ingresar a la zona del euro y a la Unión Bancaria.
Sin embargo, este es sólo el comienzo de un proceso bastante largo, y la adopción de la moneda única europea en Bulgaria se puede esperar como muy pronto para 2022, porque el Eurogrupo ha concedido a Bulgaria un año para preparar su unión al Mecanismo Europeo de Cambio ERM-2, llamado la “sala de espera” de la Eurozona. Cuando este país cumpla con todas las reformas legales e institucionales exigidas por el Eurogrupo, será admitido en la sala de espera donde permanecerá durante al menos dos años, y sólo entonces será recibido en la zona del euro. Pese a que todo eso parece bastante complicado y poco claro en términos de reglas del juego y plazos, Sofía está convencida de que no tendrá problemas para cumplir con los requisitos de la UE y el Banco Central Europeo. Los argumentos a favor de esta confianza son bastante convincentes, siendo el principal la existencia de un consejo monetario en Bulgaria. Se trata de un sistema de gestión de las finanzas y divisa nacionales, según el cual, el lev búlgaro (BGN) está vinculado al euro a un tipo de cambio fijo de 1.95583 BGN por euro. En otras palabras, se descartan sorpresas de posible desvalorización o sobreestimación del lev búlgaro con respecto a la moneda única europea. Además, ningún político o economista se opone a la caja de conversión. De hecho, Bulgaria ya ha introducido el euro sin ser oficialmente un miembro de la eurozona. En este sentido, las expectativas son que la transición del lev al euro será mucho más fácil e indolora en comparación con otros países miembros de la UE. Se descartan, asimismo, turbulencias financieras y consecuencias negativas en Bulgaria tras la adopción del euro. Por el contrario, se considera que la economía búlgara, que funciona bien, la estabilidad de las finanzas públicas, el bajo endeudamiento del Estado, la falta de déficit presupuestario y la inflación aceptable sólo pueden recibir un estímulo adicional de la introducción del euro en este país.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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