Recrear las tradiciones búlgaras está íntimamente relacionado con la canción folclórica búlgara. Y cuando se trata del folclore nacional, hay que mencionar sin falta a los niños, quienes se incluyen activamente en su interpretación en días festivos. Hoy nos reunimos con Stoyanka Nenkova, de la ciudad de Kardzhali. La niña tiene 12 años, pero sus interpretaciones de canciones típicas de la zona son reproducidas a menudo en la emisora local: Radio Kardzhali, la filial más joven de Radio Nacional de Bulgaria. Stoyanka formaba parte del conjunto folclórico que participó en la inauguración de esta emisora el año pasado, y después fue invitada a cantar en la fiesta de la ciudad.

Quedamos cautivados por el traje nacional que viste la niña para sus actuaciones al público, adornado de bordados de esta zona de Bulgaria, la zona de los montes Ródope. Con su juventud, su pureza y su encanto, la chica recuerda mucho a los retratos estilizados de doncellas búlgaras del famoso pintor búlgaro del siglo pasado, Vladimir Dimitrov, El Maestro.

Estudio en la escuela “Vasil Levski” de la ciudad de Kardzhali y canto en el centro cultural “Faro de los Ródope 1938”, cuenta la joven cantante. Y agrega que cuando su familia celebra aniversarios o fiestas, a sus padres les gusta escucharla cantar, la animan y, huelga decirlo, están muy orgullosos de ella. Sus mayores admiradores, sin embargo, son sus abuelos. Ellos viven lejos, en la ciudad de Veliko Tarnovo, en la parte central del país, pero les encanta escuchar las interpretaciones de su nieta en radio o televisión.

Además de cantar, a Stoyanka también le gusta mucho bailar. Hasta no hace mucho formaba parte también del conjunto de danzas folclóricas del centro cultural. La chica trabaja con la profesora Guinka Mateva que es la que le enseña cómo cantar y elige las canciones más adecuadas para su voz. Con su ayuda se presentó al Concurso Folclórico Nacional “Manantial de Orfeo”. 

Además del folclore, me gusta también la música moderna, Pero mi corazón pertenece al folclore, dice Stoyanka. Y opina que en las clases de música del colegio se debería dedicar más tiempo a la música tradicional.

Son canciones de nuestra patria y deben estudiarse y conocerse, subraya. Mis condiscípulos están orgullosos de mí y se alegran por mí. La mayoría de ellos también cantan canciones tradicionales y forman parte de conjuntos folclóricos.

Tras desearle a Stoyanka que algún día conquiste escenarios mundiales con canciones folclóricas búlgaras, continuamos la charla con su profesora, Guinka Miteva:

Yo soy profesora de música en una de las escuelas de la ciudad de Kardzhali. Realmente hacen falta profesores que difundan el folclore búlgaro, porque los niños no son muy conscientes de esta riqueza nacional, de las peculiaridades de cada zona folklórica, de los instrumentos típicos, de la genuina métrica de cada zona. Hay necesidad de anteponer el folclore musical búlgaro en las escuelas, porque hay niños que quieren y desean interpretarlo.

A pesar de haber nacido en el corazón de los montes Ródope, Stoyanka, a sus 12 años, no canta canciones rodiopianas. Según su profesora, su voz es adecuada para canciones de otras regiones folclóricas. Pero para los observadores queda claro que la profesora Guinka Mateva, con su sonrisa, y el maestro violinista Veselín Doychev, con su paciencia, han logrado inspirar el amor por el folclore búlgaro en Stoyanka y en muchos otros niños de Kardzhali.

Versión en español por Marta Ros