Este año se cumplen 28 años de la caída del régimen comunista en Europa del Este, un régimen cuyos crímenes y represión no se han llegado a revelar completamente. 28 años en los que Bulgaria continúa en un círculo vicioso de ese pasado totalitario que aún carga a sus espaldas. Cualquier intento de cambio conlleva un rechazo categórico al status quo.
El 1 de febrero, día de homenaje a las víctimas del comunismo, hablamos con el periodista Hristo Hristov, un hombre que ha dedicado siete años de su vida a luchar por sacar a la luz el pasado comunista. Sus artículos en Internet son una enciclopedia en constante evolución que todo interesado en las verdades incómodas del comunismo debe leer. La realidad sin tapujos, bajo una capa de aparente perfección. ¿Qué problemas ve en Bulgaria hoy en día?
Actualmente Bulgaria está controlada por oligarcas, la política se ha convertido en un negocio y el negocio en política, y somos una versión en miniatura de lo que vemos en Rusia. Debemos ser críticos con nosotros mismos, porque obviamente no somos una sociedad suficientemente bien organizada y activa. Se dejaron pasar momentos clave para los procesos de descomunización, y no es un secreto para nadie que en Bulgaria esos procesos fueron interrumpidos, con la única excepción de la apertura de archivos. Sin embargo, esto se inició con 16 años de retraso, de modo que la red de agentes de seguridad del Estado y la gente que la controlaba terminaron su trabajo.
Según Hristov, no se puede alejar el fantasma del pasado mientras no terminen los procesos de descomunización que se iniciaron y se bloquearon en su momento. Numerosas medias verdades y mentiras absolutas que muestran sólo lo positivo del comunismo, alimentan las esperanzas de mucha gente de que esa época volverá de nuevo. El fantasma del comunismo nos recuerda a nosotros mismos, atrayendo a la gente con promesas imposibles de cumplir, pero que suenan bien.
Escuchar la verdad sobre el régimen comunista ya desde el colegio es una parte importante del puzzle que hay que montar para poder avanzar. El periodista expresa su decepción por que el gobierno anterior no encontrara fuerzas y voluntad para abordar la cuestión del comunismo en las clases de Historia.
Difícilmente se podría decir que son los crímenes más graves cometidos en la época del régimen comunista, pero aún así:
Tal vez, los campos de prisioneros y Chernóbil sean los crímenes más violentos, porque los campos seguían el modelo soviético, y respecto a Chernobyl, hablamos del año 1986, cuando la comida y el agua de la élite comunista se traían de Austria en contenedores sellados, y los búlgaros se manifestaron el 1 de mayo bajo la nube de Chernóbil. Especialmente el accidente de Chernóbil, cuyas consecuencias siguen afectando a la nación actual y lo harán durante otros diez años.
Por decisión del Consejo de Ministros, el 1 de febrero se declaró “Día de agradecimiento y homenaje a las víctimas del comunismo”. La fecha no es casual, ya que ese mismo día, 72 años atrás, el Tribunal Popular condenó a muerte a los tres regentes: el príncipe Kyril de Preslav, el profesor Bogdán Filov y el general Nikola Mihov, así como a 22 ministros, 67 diputados de la 24ª Asamblea Nacional, 47 generales y oficiales de alto rango, y a 8 consejeros reales. En 135 procesos el Tribunal Popular emitió un total de 9550 condenas. 2730 personas fueron condenadas a muerte y 305 a cadena perpetua, aunque se desconoce el número de asesinados antes de estos procesos. El Estado confiscó un gran número de objetos, propiedades y negocios, y las familias de los condenados se desplazaron a diversas partes del país.
Debemos recordar nuestro pasado y aprender de él, porque una nación que no conoce su historia está condenada a repetirla. Y los errores de la nuestra son demasiados y demasiado peligrosos como para dejar que sucedan de nuevo.
Versión en español por Marta Ros
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