En rueda de prensa con motivo del cuarto año de la toma de posesión del cargo, el jefe de Estado y la vice presidenta hicieron una rendición de cuentas de lo cumplido por la institución presidencial. Refiriéndose a su actividad, el presidente, Rosen Plevneliev, mencionó la construcción de nuevas autopistas, la ampliación del metro, la compra de nuevos autobuses para Sofía. Destacó, asimismo, su aporte al desarrollo de la economía mediante sus auspicios y el fomento de iniciativas empresariales.
“He cambiado por completo las prioridades del ámbito de la energía búlgara. En vez de un “grand slam” de tres proyectos rusos, formulé tres prioridades razonables: eficiencia energética, diversificación energética, liberalización energética”. En sus palabras, en 2015 fue lograda una relativa estabilización política, pero falta suficiente voluntad de operar reforma en la Justicia búlgara. “Las enmiendas constitucionales aprobadas a finales del año son un paso adelante, pero crearon la impresión de que falta valor y voluntad política para una reforma más amplia y profunda en la Justicia búlgara. Celebraré cualquier esfuerzo para profundizar la reforma y acelerar las acciones en este campo”. A juicio del presidente, la gran crisis en Bulgaria está relacionada con la baja confianza de los ciudadanos en los políticos y en las instituciones. En este contexto, el presidente recordó la ola de protestas cívicas en el país, así como la votación en masa en el referendo del año pasado.
En su intervención, la vice presidenta, Margarita Popova, manifestó que ya es hora de dejar de “viajar sobre nubes color de rosa”. “¿Dónde estamos en el proyecto del Estado social? ¿Hay seguridad social? ¿Hay vínculos sociales en la sociedad búlgara? Estas son tareas y responsabilidades de la institución presidencial en la medida en que no lo son para ningún partido en cualquier país del mundo.”
A juicio del politólogo doctor Boris Popivanov, profesor en la Universidad de Sofía, el discurso del jefe de Estado atañe muchas preguntas que difícilmente podrían referirse a las facultades concretas de la institución presidencial. “En todo este espectro Plevneliev esbozó un programa muy ambicioso, presentó sus ocho retos que debe resolver. A mi juicio, omitió dos cosas importantes que tienen que ver con el papel y la tarea de un presidente en una república parlamentaria. Omitió mencionar la manera en que comunica la presidencia con el poder ejecutivo, así como con la Asamblea Nacional, sobre el telón de fondo de escándalos como los que se han desencadenado una vez más en las últimas semanas. No mencionó absolutamente nada de los partidos en Bulgaria y se olvidó de que la voluntad política de los ciudadanos se realiza mediante partidos y no solo mediante referendos, que es su tema predilecto. Su rendición de cuentas fue exclusivamente “rosada”, hablaba de un enorme progreso tanto económico como tecnológico. No fue dicho absolutamente nada sobre un tema que el presidente omite por tradición, la situación social en el país. La pobreza, los problemas de la exclusión social y todo lo demás, incluidos los problemas étnicos que se pueden observar y que pueden despertar preocupación”.
Refiriéndose a las facultades de la institución presidencial, el politólogo Georgi Harizanov, del Instituto de Política de Derecha, comentó que el discurso en primera persona en singular causa una extraña impresión en determinados momentos. “Por otro lado, no podemos negar que uno de los principales elementos que el presidente señaló como su mérito personal es el cambio de las prioridades en la energía búlgara. Otros lados positivos que se pueden mencionar, aparte de los referendos, son la salida del aislamiento político de 2013 a 2014, la activa postura internacional de Bulgaria. Si hablamos de un momento negativo sustancial, podríamos mencionar las discrepancias en los discursos del presidente y de la vice presidenta, que desde 2013 a esta parte ya no nos sorprenden”.
“La UE y Bulgaria afrontan el reto de resolver no una, sino 11 crisis y, cada una de éstas puede debilitarlas, manifestó el presidente. Entre las crisis enumeró la financiera, la de refugiados, las crisis en Grecia y en Ucrania, la amenaza de terrorismo y la amenaza que corre el Espacio Schengen.
“No me quedé callado respecto a las acciones de los gobernantes en Rusia en lo tocante a la crisis en Ucrania. Siento respeto hacia el pueblo de Rusia, hacia su cultura, ciencia y logros de importancia universal, pero las acciones adoptadas por Kremlin en la crisis ucraniana están en contradicción con el orden judicial internacional. No apruebo la creación de conflictos congelados y la política de grandes potencias y esferas de influencia, considero que es extremadamente nociva y debe quedar en el pasado”.
El politólogo, Dr. Boris Popivanov, comentó la firme postura del jefe de Estado sobre la crisis en Ucrania. “En dos ocasiones Plevneliev atacó a Rusia. Parece que no se da cuenta de los cambios en países de primera fila de la UE, de los cambios en Bruselas y la búsqueda de una cooperación más amplia con Rusia en temas como el terrorismo, el Oriente Próximo y en general el deseo de avanzar en el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk. No estoy seguro de si es conveniente que en esta situación el jefe de Estado se muestre tan categórico. A mi juicio, esto confirma, una vez más, que Plevneliev no se siente a gusto en el puesto constitucional que ocupa y lo que desea, a toda costa, es ejercer influencia y ser una voz de peso, incluso desestimando las peculiaridades del tema político en Bulgaria tal como es”.
Versión en español por Hristina Taseva
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