Estos días, la Eurostat ha puesto en tela de juicio uno de los logros más importantes de los gobernantes búlgaros, que a juicio de los mismos, es la política de disciplina fiscal y de rigurosa austeridad que se traducen en un nivel muy bajo de endeudamiento de Bulgaria.

Según la estadística nacional, el déficit en las finanzas públicas el año pasado se había mantenido por debajo del nivel admisible del 3 %. Sin embargo, según los datos más recientes de la Eurostat, el déficit del Presupuesto Público es justamente dos veces superior y se acerca al estremecedor 6 %. Lógicamente en este caso surge la pregunta de cuál es la verdad, quién la dice y qué se deriva de todo esto. Según la mayoría de los observadores económicos, tanto la estadística búlgara, como la europea, dicen cosas ciertas. Simplemente, las cosas que se están calculando son diferentes. El Instituto Nacional de Estadística de Bulgaria se atiene a las reglas aplicadas hasta ahora para calcular el déficit, mientras que en Bruselas los expertos son más innovadores y enfocan los hechos desde el punto de vista de la macroeconomía nacional. Así los funcionarios estadísticos en Bulgaria no toman en consideración los créditos contraídos el año pasado por el Fondo de Garantías a los Depósitos Bancarios por la quiebra del Banco Comercial Corporativo, mientras que Bruselas considera que las deudas de esta entidad pública, aunque no estatal, examinada con rigor, forman parte del endeudamiento público de Bulgaria. Ambos bandos tienen razón, el problema ahora es ver qué clase de consecuencias tendrá el hecho, confirmado por la Eurostat, de una violación de las exigencias de Bruselas, una transgresión que, en principio, está sujeta a sanciones. Decimos que, en principio, porque países europeos mucho más grandes que Bulgaria registran déficits muy superiores al búlgaro, pero no acarrean para ellos sanciones de ningún tipo por parte de la CE.¿ Acaso volverá a ser Bulgaria la oveja negra que, para escarmentar a los demás, será sancionada? Ello es poco probable, ya que los propios peritos financieros de Bruselas explican que la deuda superior a la admisible el año pasado se ha debido a problemas macroeconómicos temporales antes que a estructurales. Además, estos mismos expertos manifestaron recientemente que Bulgaria sigue siendo uno de los países de más baja correlación entre la Deuda Pública y el PIB en la UE. Así lo demuestran los datos de la Eurostat para 2014.

No obstante, a pesar del dizque desfase metodológico entre las estadísticas búlgara y europea a la hora de calcular la deuda pública, problemas sí hay y éstos se traducen en el hecho de que la deuda pública de Bulgaria aumenta lentamente, pero en forma inexorable y constante. La relación de la deuda pública con respecto al PIB se deterioró, sólo el año pasado, para llegar al preocupante 27 %, frente al 18 % registrado en 2013. Según los propios gobernantes, las perspectivas no parecen color de rosa tampoco y hasta se ha planeado contraer nuevos y bastante cuantiosos créditos en los próximos 2 años.

Es un hecho ilustrativo en este sentido el haber cargado el Estado solamente en este mes con un nuevo crédito público de 185 millones de euros en el mercado interno. Habrá nuevas emisiones de bonos del Estado también en los mercados internacionales. Las causas principales estriban en la necesidad de pagar créditos viejos, pero esto puede meter al país en la peligrosa espiral de deudas, en la cual, continuamente, se contraen nuevos créditos para pagar otros, anteriores. Esto ocurre siempre a precios constantemente creciente y engulle recursos, de por sí permanentemente deficientes, para gastos públicos de importancia vital para la población.

Versión en español por Mijail Mijailov