Estos días, el Parlamento votó, en primera lectura y sin debates, las enmiendas a la Ley de protección de la competencia conocido también como Ley contra las cadenas comerciales. 

Esta ha sido la tercera votación en sala plenaria de las enmiendas en cuestión. Éstas fueron suspendidas en la anterior Asamblea Nacional por el presidente Rosen Plevneliev bajo el motivo de que no está claro cuál será el efecto social de su implementación, así como por recelos de aumento de los precios en la cadena comercial.

Es un hecho que deben ser adoptadas medidas que reduzcan las prácticas comerciales desleales y debe ser garantizada la igualdad entre las partes que negocian, pero en la UE tampoco hay una política unánime sobre el tema. Cada país implementa mecanismos para combatir el problema, según las condiciones locales. En la mayoría de los casos se apuesta en códigos éticos y las relaciones se ajustan con la ayuda de mediadores o arbitraje.

Las enmiendas propuestas hechas por la izquierda prevén la implementación de la noción “fuerza considerable en el mercado” referente a una empresa que por su participación en el marcado puede ser un obstáculo ante la competencia, ya que los suministradores y los clientes dependen de ella. Los criterios de una fuerza considerable en el mercado serán definidos con una metodología. A juicio del economista Petar Ganev, del Instituto de Economía de Mercado, el principal problema de las enmiendas legislativas es la falta de claridad. Falta una definición de la noción “fuerza considerable en el mercado” y no están claras las acciones que debe adoptar la Comisión de Protección de la Competencia cuando determine una empresa como “fuerza considerable en el mercado”:

La falta de claridad hace muy difícil valorar cuál sería el efecto de la regulación. Lo seguro es que se dan mayores facultades a la Comisión de Protección de la Competencia. Hacia el momento vemos que muchos asuntos cargados con la tensión de la sociedad se encomiendan a la Comisión de Protección de la Competencia, sea el de los combustibles, sea el de los servicios modernos de transporte en la capital. Se espera que la Comisión proteja determinado populismo político sin que tenga la facultad de intervenir en realidad. Con estas enmiendas a la Ley de Protección de la Competencia se conceden instrumentos a la comisión para que lo haga.

Lo preocupante es que una institución que ejerce control como es la Comisión de Protección de la Competencia puede convertirse en una institución de populismo político.

Además de la posibilidad de que la Comisión de Protección de la Competencia adquiera funciones políticas, de las enmiendas trasciende el peligro de reducción de la competencia y aumento de los precios, indican los análisis de los comerciantes. 

Yordan Mateev, director ejecutivo de la Asociación de Comercio Moderno, cuyos miembros son representantes de las cadenas comerciales, comenta que las enmiendas perjudicarán a los comerciantes que venden al por menor y a los clientes. A su juicio, la hiperregulación estimulará a las cadenas comerciales y éstas reducirán su trabajo con los productores búlgaros y elevarán las importaciones. 

Mateev agregó que la Ley defiende intereses lobistas de alguien cuyos capitales son impuros y que desea posicionarse en el mercado búlgaro sustituyendo a los inversores extranjeros pero no señaló un nombre en concreto. Explicó que el comercio moderno acorta la cadena entre el productor y los clientes y, de este modo, disminuye los precios. Si este modelo se prohíbe, los precios irán subiendo. Las evaluaciones de la Asociación de Comercio Moderno indican que el aumento será entre un 3 y un 5%.

Los promotores de las enmiendas tienen nobles intenciones: proteger la producción nacional e erradicar prácticas comerciales desleales pero, del análisis hecho por economistas y representes de los comerciantes, queda claro que existe el peligro de hiperregulación que puede deformar el marcado. 

No en último lugar, las relaciones entre los comerciantes y sus suministradores hoy son más maduras que hace algunos años cuando fueron escritos los textos de las enmiendas. Según datos de la agencia comercial ICAP, 2014 es el sexto año consecutivo en que el mercado de mercancías de facturación rápida sigue encogiéndose.

Versión en español por Hristina Taseva