Los sucesos de los últimos días han hecho recordar que Bulgaria se esfuerza por diversificar los suministros energéticos también en el sector nuclear. Continúan las negociaciones con la compañía norteamericana Westinghouse para la construcción de un nuevo reactor AP1000 en el futuro VII Bloque de la Central Nuclear de Kozloduy. Este reactor costará unos 4.700 millones de euros y su precio total, incluidas las instalaciones e infraestructura adyacente, alcanzaría los 6.900 millones de euros.
La estimación preliminar del precio y del potencial del proyecto fueron realizados en virtud de un convenio entre la Westinghouse y el Holding Energético de Bulgaria como accionistas, firmado a mediados de 2014. La información fue hecha pública por el vicepresidente de la Westinghouse, Aziz Dag, durante un debate sobre el tema “Seguridad energética y accesibilidad mediante la diversificación energética”.
Con motivo de la modernización de los reactores 5 y 6 de la central nuclear de Kozloduy que se está llevando a cabo, Aziz Dag comentó:
“La rehabilitación de los bloques 5 y 6 de la Central Nuclear de Kozloduy, por valor de unos 89 millones de euros, es financiada por Eximbank de EE UU, y esperamos ahondar nuestra cooperación en el sector de energía y en la construcción del séptimo reactor de esa central”.
De lo expresado por Aziz Dag se desprende que Eximbank es un socio financiero en potencia del proyecto para el séptimo reactor, caso de que el mismo sea aprobado.
“·Los ingresos en concepto de venta de electricidad en los próximos 20 años, caso de que el Gobierno búlgaro y la Westinghouse finalicen el contrato, ascenderían a 11.100 millones de euros, aproximadamente, lo cual hace que la nueva instalación sea muy ventajosa para la economía búlgara”, comentó el vicepresidente de la Westinghouse.
En estos momentos Bulgaria exporta electricidad a Turquía. Según expertos en energía de la Westinghouse, esto no cambiaría, no obstante los cuatro reactores construidos en el país vecino siguiendo un proyecto ruso. Esos cuatro reactores no podrían cubrir las crecientes necesidades de Turquía que importa anualmente electricidad por valor de 53.300 millones de euros, aproximadamente.
La realización del proyecto significaría la apertura de más de 20 mil puestos de trabajo. Esto reduciría el desempleo en Bulgaria en un 4 % y retendría la fuerza de trabajo en el noroeste del país. Son conclusiones de los estudios realizados por la Westinghouse.
El precio base de la electricidad generada por la central nuclear en los próximos 60 años, que incluye los gastos de construcción, el aseguramiento de energía primaria y el mantenimiento, sería de unos 67 euros por megavatio-hora.
En estos momentos, la energía generada por la Central Nuclear de Kozloduy tiene un precio regulado de 30 euros por megavatio-hora. Lo explica el hecho de que los bloques 5 y 6 que operan en la actualidad fueron construidos hace más de 20 años a precios más bajos. A título de comparación, las estimaciones de la empresa rusa Rosenergoatom para el proyecto paralizado de la Central Nuclear de Bélene, indicaban un precio base de, aproximadamente, 75 euros por kilovatio-hora.
El convenio firmado con la Westinghouse en los últimos días del gobierno de Plamen Oresharski contempla que las acciones de la nueva compañía “Central Nuclear de Kozloduy – Instalaciones Nuevas” estén repartidas en proporción de 70 % para la Central Nuclear y de 30 % para la Westinghouse. Esta última se compromete a suministrar e instalar el reactor luego de lo cual, finalizadas las obras de construcción, retirarse del proyecto dejando como propietarios al Estado búlgaro y la central nuclear.
El actual primer ministro, Boiko Borisov, ha declarado, en varias ocasiones, que ve sentido en este proyecto únicamente si la Westinghouse se le incorporara en calidad de inversionista. En palabras de Mikle Kurst, vicepresidente de la compañía para Europa, Oriente Cercano y África, en estos momentos se está negociando con el Estado búlgaro para definir el modelo financiero.
“En diciembre de 2014 formamos un grupo de trabajo con el nuevo Gobierno búlgaro con la finalidad de lograr continuidad en el trabajo y la aprobación del proyecto. En Bulgaria hay tantos puntos de vista sobre la energía nuclear cuantas son las personas con puntos de vista”.
Se espera que la decisión final sobre las inversiones en este proyecto sea tomada hacia el año 2018 o 2019. En estas circunstancias, la nueva instalación entraría en explotación hacia el año 2025.
Versión en español por Raina Petkova
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