Pronto los pequeños productores de carne y leche podrán ofrecer su producción en los incipientes mercadillos de productos artesanales que van surgiendo en diferentes puntos del país. Hasta ahora en semejantes mercadillos solían venderse solo frutas, hortalizas y miel.
¿Cuál era el problema?
Es que los requisitos para la conservación de los productos de origen animal son muy rigurosos y requieren vitrinas de frío sobre ruedas para poder trasladarlas de la hacienda hasta el mercado y de vuelta. Por regla, los pequeños ganaderos no disponen de tales equipos. El problema será solucionado con el suministro, en una fase inicial, de ocho vitrinas expositoras móviles de frío en el marco de un proyecto denominado “Para la cordillera del Balcán” y sus gentes. Es un proyecto ejecutado por la fundación de agricultura bio Bioselena con financiación suiza.
¿Por qué han tardado tanto en aparecer en Bulgaria los mercadillos de productores agrícolas privados y por qué recién ahora saldrán a ellos los pequeños ganaderos?
Es que a lo largo de medio siglo, el comunismo sofocó toda iniciativa privada en este país. La agricultura se desarrollaba por vía extensiva, en grandes cooperativas. El cultivo privado de frutas y hortalizas estaba permitido solo para los fines del consumo familiar y los productos no se podían ofrecer en el mercado. Al finalizar la época comunista, la agricultura privada que empezaba a resurgir debía cumplir los duros requisitos de la UE aplicables en este ámbito. Entonces la Administración búlgara se esmeró en exceso e hizo las cosas más difíciles de lo necesario para los productores privados. Ahora se buscan soluciones más pragmáticas, tomando ejemplo de la experiencia de otros países europeos meridionales y, sobre todo, de Italia y Francia.
Un tal ejemplo son las vitrinas expositoras de frío móviles, que pueden ser remolcadas por un automóvil. “Queremos mostrar algo que sí funciona y que aliente y estimule a los ganaderos”, manifiesta Stilko Apostolov, director de Bioselena.
“Nuestra idea es que los ganaderos que deseen producir yogurt, quesos o embutidos sean autónomos, y en el momento en que tengan hechos sus productos puedan cargarlos en el remolque con frío, llevarlos al mercadillo de productores privados, abrir las vitrinas de su caravana con frío y ofrecerlos desde esta suerte de tienda de comestibles sobre ruedas que reúne todos los requisitos de la normativa que regula la conservación de productos de origen animal”.
En una primera fase habrá vitrinas expositoras móviles con frío en los mercadillos de productores agropecuarios de Sofía y Plovdiv, donde es mayor la demanda, sobre todo de productos bio. Por cierto, la gama de productos bio de origen animal ofrecidos de momento es limitada e incluye más que nada lácteos y miel. Brillan por su ausencia los huevos y los pollos bio, así como la carne bio de cordero y ternera. Con un poco de suerte estos productos sí pueden ser encontrados en la red comercial, pero por regla suelen ser de importación y tener unos precios 5 veces más altos que el de sus homólogos convencionales ofrecidos en la red comercial.
La buena noticia es que en Bulgaria ya existe demanda de carne bio, comenta Stoilko Angelov.
“Incluso es una demanda muy fuerte. Lamentablemente, pocos avicultores crían pollos “caseros” que hayan nacido y crecido en libertad en el campo para venderlos… Los comercializan en Sofía e incluso tienen listas de espera de clientes para los dos próximos años. El precio es tres veces más alto que el de los pollos industriales. De manera que el mercado sí existe, y si la oferta creciera, los precios bajarían y más gente compraría pollos caseros”.
No obstante, de momento la ganadería bio está entre la espada y la pared. No se le asignan subsidios especiales y por eso de las casi 3000 haciendas autorizadas en el país apenas 18 son ganaderas. La segunda causa es la falta de interés de las empresas procesadoras por los productos con certificación bio. Todo gira en un círculo vicioso: los procesadores se abstienen puesto que de momento es poca la carne bio que hay, y los ganaderos bio no aumentan porque no hay quien procese su carne. Se espera que a partir de este año también los ganaderos bio empiecen a percibir subvenciones europeas. Se espera que los nuevos estímulos para que empiecen a procesar ellos mismos su carne ayuden la salida del actual círculo vicioso.
Versión en español por Raina Petkova
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