Este 27 de noviembre se cumplieron 95 años desde la firma del Tratado de Neuilly, que puso fin a la participación de Bulgaria en la Primera Guerra Mundial. El país había estado de la parte de los vencidos y salió del conflicto con territorios y población arrancados, endeudado, con la obligación de pagar enormes indemnizaciones y con un Ejército sometido a rigurosas restricciones.
Con motivo del aniversario, en la Biblioteca Municipal de Sofía tuvo lugar un acto conmemorativo bajo el lema “No estamos separados”. Es una frase tomada del poema Frontera, de Emanuil Popdimitrov, eminente intelectual y hombre público de Bulgaria, defensor de la causa de la unificación del país. La velada fue patrocinada por la vice presidenta de la nación, Margarita Popova.
“Emanuil Popdimitrov hizo algo inaudito en una de las conferencias en Ginebra. Acudió a un congreso de las minorías que se celebraba allí, sin haber sido invitado, como presidente del Comité de Refugiados”, comentó Margarita Popova. “Pronunció un discurso brillante en francés que tuvo por resultado el reconocimiento de la minoría búlgara como tal por parte de Yugoslavia. Hizo posible que Europa oyera, entendiera y recordara bien que el Tratado de Neuilly y los demás tratados firmados en la Conferencia de París infligieron males inauditos a la humanidad desde el punto de vista moral, histórico y psicológico. Desde aquella alta tribuna, Emanuil Popdimitrov declaró su fidelidad e hizo su juramento de defensor de los Territorios Occidentales, que habían sido arrancados de Bulgaria y concedidos a Yugoslavia. En este acto se hallan presentes connacionales nuestros de Tsaribrod y Bosilegrad, que bien conocen y aman a Emanuil Popdimitrov”.
Margarita Popova señaló asimismo que los búlgaros de los Territorios Occidentales merecen admiración ya que siguen luchando hasta hoy en día por sus derechos de minoría búlgara.
“Tenemos la suerte de vivir en la gran familia europea. Nuestro deseo es que a ella se incorporen también los vecinos balcánicos de Bulgaria para que Europa sea más fuerte y para que llenemos de contenido concreto los conceptos de buena vecindad, cordialidad y cooperación. Apoyamos a nuestros vecinos en su aspiración a integrarse en la UE, siempre que hayan cumplido realmente sus obligaciones de garantizar los derechos de la minoría búlgara en su integridad y cabal profundidad, tal y como los desean nuestros connacionales, que luchan por ello. Se lo merecen porque son elemento de la espina dorsal de nuestra vecina en lo económico, lo político y lo cultural. Es un hecho que hoy nadie puede negar”.
Por su parte Iván Nikolov, literato y hombre público que preside el Centro Cultural y de Información Búlgaro en Bosilegrad, Serbia, manifestó: “He de reconocer que en los últimos años nuestros contactos como que se habían debilitado. Su actual reavivación infunde la esperanza de que proseguiremos nuestra actividad, que yo calificaría de renacentista, en los Territorios Occidentales con la idea de difundir y crear cultura búlgara allí, buscar contactos adicionales para preservar la identidad nacional y crear una nueva perspectiva europea, o al menos eso espero, con la candidatura de Serbia a la UE, y con el hecho de que Bulgaria, que es ya miembro de la unión y que tendrá la obligación de llevar a cabo una política europea moderna respecto de los búlgaros en el extranjero. Esta es la única esperanza de la población búlgara en Bosilegrad de sobrevivir como tal, tras haber sufrido por las terribles consecuencias de la política de asimilación serbia que, en el transcurso de 95 años, logró reducir la población búlgara en Serbia de 120.000 a 18.500 personas”.
Versión en español por Raina Petkova
El 22 de septiembre de 1908 fue proclamada la Independencia de Bulgaria. Tres decenios después del más atrevido acto independiente en la historia de Bulgaria, la Unificación de Rumelia Oriental y el Principado de Bulgaria, los búlgaros volvieron a..
No muy lejos de Lovech, entre los pueblos de Doyrentsi y Drenov, durante la construcción de la futura autopista del Hemus, fue descubierta una tumba santuario de siete mil años de antigüedad rodeada por un foso ritual. Su exploración comenzó hace dos..
Santa Sofía, la iglesia que da el nombre actual de la capital búlgara, habitualmente queda en la sombra del templo catedralicio san Alejandro Nievski. Éste se yergue en el centro de la homónima plaza y con su fachada blanca, sus brillantes cúpulas..
El 30 de noviembre la Iglesia Ortodoxa Búlgara venera la memoria de san Andrés el Apóstol. Es hermano del apóstol Pedro y se le llama Protocletos ya que..