Un estudio a gran escala de la influencia ejercida por propietarios, políticos y anunciantes sobre los medios de comunicación muestra una sorprendente dependencia de los periodistas en Bulgaria. Uno de cada dos de la centena de periodistas de 40 medios de comunicación encuestados se queja de presión política en su trabajo, y uno de cada tres habla de influencia ejercida por parte de los anunciantes. El estudio fue realizado por Krum Blágov y Orlín Spásov, reconocidos expertos en medios de comunicación.

“En la encuesta rehusaron participar muchos periodistas, incluidos notables presentadores de televisión y reporteros. Los colegas confesaron abiertamente que tienen miedo” – dice Krum Blágov.

Uno de cada tres periodistas en Bulgaria estima que la presión política sobre los medios de comunicación es cada vez mayor y que en las redacciones existen masivamente reglas tácitas para la cobertura de temas, personalidades o empresas con una tendencia determinada. El estudio señala, además, las palancas de influencia.

“En primer lugar está el impedir el acceso a la información – señala Krum Blágov –. Los políticos en el poder, ya sea del Gobierno, del Parlamento o los alcaldes y concejales municipales, se niegan masivamente a dar información a los medios de comunicación hostiles. Y viceversa: los medios de comunicación amigables son favorecidos proporcionándoseles información interna. Otra palanca de influencia es la combinación de la presión política con la administrativa. Uno de los principales grupos de prensa afirma que mientras el Gobierno anterior estaba en el poder fueron sometidos a inspección fiscal simplemente porque eran críticos con el Gobierno. Lo tercero que sucede muy a menudo es la suspensión del acceso al mercado. Daré un ejemplo: en una de las grandes ciudades búlgaras el Alcalde amenazó al propietario de la mayor empresa de distribución de publicaciones con quitarle la licencia para los quioscos de prensa si vendía un determinado semanario. Este Alcalde es ahora diputado en la nueva Legislatura”.

El estudio de Krum Blágov y Orlín Spásov incluye por primera vez una encuesta paralela a periodistas y dueños de medios de comunicación en el país. Éstos últimos a su vez se quejan de la presión ejercida por los anunciantes. En su investigación los dos expertos constataron que, en la mayoría de los casos, los propietarios son simplemente un conductor de la influencia.

“Para mí fue una investigación muy útil porque hasta el momento no se había hecho otra semejante – afirma Orlín Spásov –. Han sido investigados otros, diversos aspectos de influir sobre el entorno mediático como, por ejemplo, cómo las agencias de relaciones públicas influyen en los medios de comunicación, pero un estudio tan complejo como el que hicimos nosotros, de la actitud de propietarios, políticos y anunciantes como un grupo interconectado, nunca se había realizado. Por esto creo que los hechos son muy interesantes e indicativos de lo que está sucediendo en estos momentos en el entorno mediático búlgaro”.

La presentación del estudio se celebró bajo el signo del descenso de turno de Bulgaria en el ranking de libertad de expresión de la organización internacional Reporteros sin Fronteras. Nuestro país ocupa ya la posición número cien, lo que lo deja anclado en el último lugar entre todos los 28 Estados miembros de la UE. Ognián Zlátev, jefe de la Representación de la CE en Sofía, que durante muchos años se ha dedicado a estudiar la regulación de los medios y la libertad de expresión en los países de Europa del Este, agrega que Bulgaria no puede contar tampoco con una presión internacional para crear un mercado propio de los medios de comunicación de calidad.

“Observando a las diferentes clasificaciones de las principales organizaciones internacionales que tienen que ver con la libertad de expresión, vemos cómo a nuestros medios se les considera cada vez más antidemocráticos, más dependientes, menos profesionales; que no cumplen con sus funciones básicas de informar y formar a la sociedad, que más bien se han volcado a temas de entretenimiento o a la franca promoción de ciertas ideas de sus propietarios, que no dejan de ser poco claras, secretas, etc”.

Versión en español por Daniela Radíchkova