Filósofos y soñadores desde hace siglos comentan y comparten la idea europea. Hace 64 años, los ciudadanos de Francia y Alemania se unieron para gobernar su destino y su futuro juntos. En la cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno en Milán en 1985 se tomó la decisión de celebrar el 9 de mayo como el Día de Europa.
Desde hace 7 años, Bulgaria es miembro de pleno derecho de la UE. Para dar una respuesta adecuada hace falta preguntarnos qué expectativas teníamos de la UE y si se han hecho realidad. Durante el proceso de adhesión, desde la decisión de solicitar la adhesión, pasando por las negociaciones y hasta la entrada en la UE, hablábamos de que queríamos unirnos al club correcto, contrario al régimen totalitario. Otro de los sueños de la sociedad búlgara era entrar en el club de los países ricos y desarrollados.
“Creo que todavía somos muy cautelosos en nuestra pertenencia a la UE, afirma la profesora Ingrid Shikova, profesora de Estudios Europeos en la Universidad de Sofía. Incluso somos tímidos. A causa de la crisis económica y financiera que coincidió con el momento de nuestro acceso a la UE, los frutos de la pertenencia a la UE no siempre son los mejores. Es muy importante el que hayamos recibido “una silla y un micrófono”, a veces nos olvidamos de esto. Ponemos en primer lugar los fondos europeos y la oportunidad de viajar, pero con la silla y el micrófono tenemos la oportunidad de expresar nuestra opinión y defender nuestros intereses, algo muy importante para un país, miembro de pleno derecho de la UE.”
¿Cuál es el balance de nuestra pertenencia a la unión?, pregunta Lyubov Panaiotova, directora del Instituto Europeo en Sofía y contesta: Como dice todo el mundo, lamentablemente, no vivimos mejor. En muchos aspectos nos sentimos como un chivo expiatorio. Sobre el telón de fondo de los crecientes populismo y nacionalismo vemos que nos están señalando con el dedo al comentar los mercados laborales, las minorías étnicas o la libre circulación, que es uno de los valores europeos. Tal vez todos tengamos la culpa por no haber extraído todas las ventajas del sueño europeo de Bulgaria. Espero que los jóvenes que se han beneficiado de los programas Erasmus y de la oportunidad de viajar, hagan realidad ese sueño. Entonces nuestro país encontrará su digno lugar en la UE. Bulgaria es un país de ubicación estratégica. Lo vemos en algunas actitudes, que parecieran ser un puente tendido hacia los pueblos eslavos que esperan impacientes una señal de parte de la UE. Somos un puente hacia Turquía, nuestra vecina que es un enorme país islámico que pretende unirse a la UE. Bulgaria tiene muchas ventajas de las que lamentablemente no hace uso.”
“Bulgaria mantiene la postura de país en proceso de negociación con la UE, opina el politólogo Vladimir Shopov, comentador de asuntos europeos. Lo máximo que logramos durante esos años es que asimilamos las técnicas administrativas en la armonización de nuestra legislación con la europea. Todavía no hemos aprendido a reflexionar y analizar las políticas europeas para tomar decisiones adecuadas sobre cómo participar en ellas. No logramos cambiar nuestra actitud hacia la corrupción y la delincuencia organizada. Creo que fallamos en algo que los demás países miembros esperaban de nosotros, a saber, asumir nuestras responsabilidades en la región de Europa Suroriental, los Balcanes y la Cuenca del mar Negro. Con la adhesión de Bulgaria y Rumania, se esperaba que ambos países desempeñaran un papel muy activo en los cambios de esas regiones y en su política exterior”.
“Europa no se construirá de la noche a la mañana o según un proyecto único. Se construirá mediante logros concretos que generarán solidaridad en primer lugar”. Con estas palabras, el 9 de mayo de 1950 en el Salón del Reloj de Quai d´Orsay, el ministro de Exteriores de Francia, Robert Schuman, anunció el plan de crear la Comunidad Europea del Carbón y del Acero entre Francia y Alemania. Las líneas con que comienza la declaración del 9 de mayo de 1950 determinan el objetivo principal de esta unión: la paz mundial no puede ser preservada sin esfuerzos creativos que respondan a los peligros que la amenazan.
“En cuanto al estado de la UE, es muy complicado, opina la profesora Ingrid Shikova. Nos preguntaos si la UE posee los recursos necesarios para salvaguardar sus valores, proteger su economía. ¿Podemos salvar al mundo del terrorismo y de las guerras? La idea de una guerra en nuestro continente nos parecía imposible, pero los últimos años han demostrado lo contrario. Recordemos qué pasó hace años en Yugoslavia y veamos qué está pasando en Ucrania. Todo eso se desarrolla en el Viejo Continente. Por eso Europa debe procurar superar las disputas y las divergencias sobre asuntos concretos. La realidad nos ofrece gran número de retos de distinta índole y hace falta una fuerte voluntad de unión política. Creo que de otra manera será muy difícil avanzar.”
Versión en español Ekaterina Bobeva
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